Entre los síntomas de esta enfermedad se registra una sed intensa, ganas frecuentes de orinar, visión borrosa, aumento anormal del apetito, calambres y debilitamiento muscular, junto a otros.
Además, quienes padecen esta enfermedad pueden sufrir complicaciones cardiovasculares, ceguera, gangrena, amputaciones, fallos renales, entre otros fenómenos de deterioro corporal.
Entre los factores de riesgo para el padecimiento de este mal figuran los antecedentes genéticos, el sedentarismo, una dieta desbalanceada, el sobrepeso y la obesidad.
La actividad física diaria, la disminución en el consumo de azúcares y el aumento en el consumo de fibra, entre otras acciones, pueden contribuir a la prevención de la enfermedad.
Sensaciones nocturnas
Con estos antecedentes, es importante acudir al médico si se presentan estas sensaciones durante el sueño.
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Despertarse con frecuencia para orinar
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Falta de sueño
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Hormigueo en extremidades
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Sed
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Boca seca
Vinculados todos a los síntomas de la diabetes, estos episodios podrían indicar una desregulación en los niveles de azúcar en la sangre, por lo que conviene atenderlos.